jueves, 29 de enero de 2009

Mauricio Colmenero, moroso y putero




Mauricio

Hay quien sostiene que España es, en su conjunto, un gran bar. Luís García Berlanga, por otro lado, dijo que España era todo aquello que fastidiaba a los extranjeros. Sin decantarse por ninguna de las dos ramas de pensamiento, en una perfecta equidistancia, hay individuos que toman partido por las dos posturas a la vez: habitan en el bar odiando lo foráneo. Esa es su vida. Y por su puesto, a modo de condecoración espiritual, la Providencia les distingue con el más prestigioso galardón que puede ostentar un hombre de estas características: el bigote. Mariano Peña es uno de estos afortunados.


Regenta el bar del barrio, al que llamó 'Reynols' en homenaje al insigne actor protagonista de joyas como 'El rompehuesos', 'Los caraduras' o 'Mis problemas con las mujeres'. Porque Mauricio, digan lo que digan, no tiene problema ninguno en admirar a un extranjero. A cambio, sólo pide una cosa: que no se acerque a menos de tres mil kilómetros de su querida España. Porque ver a un extranjero mancillando La Patria al caminar suavemente sobre ella le enerva. Le hierven los jugos gástricos.


Si acaso, y en un gesto de infinita generosidad, permitiría la estancia de extranjeros en España en un caso nada más: trabajando para él en condiciones de esclavitud. Así está el camarero de su bar, que encima osa levantar la vista de los vasos ¡Que no se limpian solos! hay que gritarle. Estos tíos vienen a tocarse los huevos -piensa Mauricio- pero no durante mucho rato, que eso de pensar, le han dicho, resulta un poco afeminado.

Hombre de pelo en pecho

Y él es un hombre. Un macho ibérico. Una persona con inquietudes culturales -los toros- gastronómicas -el jamón- y antropológicas -las prostitutas. Para qué más, se pregunta, si así ya es un -hombre de bien. La ambición no es cristiana. Y Dios no se anda con chiquitas. Como premio a su bonhomía, le adjudicó en la lotería de la vida un hermano homosexual y una sobrina 'ligera de cascos' que se queda embarazada de un ex yonki.


Sin embargo, en no pocas ocasiones tiene que ayudarles. Y es ahí donde, en lo más hondo, en las profundidades abisales de su ser, parece, puede ser que, tal vez, en un supuesto remoto, haya un ser humano en su interior.

1 comentario: